lunes, 3 de mayo de 2010

'Apocalipsis Now' o la locura de guerra (aún con olor a napalm)

‘Detener aquí alguien por asesinato es como multar por exceso de velocidad en las quinientas millas de Indianapolis’: Es lo que comenta Martin Sheen al referirse a sus primeras sensaciones en Vietnam. Comenzaba la película con la pantalla en negro y un sonido de batida de helicópteros como si te fuera preparando de lo que se avecina. Es en diez minutos cuando el maestro te va preparando de lo que vas a ver. Te entra la sensación de agobio, de saber como acabara esto. Justo con la misma que parece tienen los tripulantes de la barcaza que se adentran en un río a la caza del ‘terrible’ Coronel Kurtz. El espectador es parte de ella.

En su tiempo, se comentó que ‘Salvar al soldado Ryan’ era guerra misma llevada al cine. Pues hombre, el mostrar el efecto de las bombas sobre los soldados, mutilaciones, sangre y demás no descubre nada nuevo. Es algo que cualquiera que no haya estado en el frente, sabe que existe (el resto de la película es rutinario y lo salva el buen hacer actoral). El eterno dilema de lo insinuante contra lo explicito. Coppola, al igual que Jim Sheridan ahora en ‘Brothers’, reflejan aquello que no se ve, que no se cuenta en los medios y que ninguno nos suponemos: el agobio, el desasosiego de verte obligado a hacer cosas impensables, el justificar lo que nunca le has visto razón,…Todo esto contrastaba con el efectismo propio de la factoría Spielberg. Muy buena factura pero poco contenido.

Las mejores películas de este tipo que recuerdo tienen la guerra como escenario pero no como motivo principal. Aquella obra maestra del genial Kubrik, prohibida tantos años y que llevaba por titulo ‘Senderos de Gloria’. Alegato antimilitarista en la que los altos mandos pretenden hacer pagar con su vida el fracaso de una suicida acción militar. Los motivos de una guerra se resumen en una ultima escena en la que una cantante alemana termina haciendo participe de sus sentimientos a soldados aliados que habían empezado burlándose de ella. Otra es la reciente de ‘Brothers’. En ella, un marine con principios muy rectos y con apego a su uniforme, ve su vida truncada ante las experiencias vividas en Afganistán. Le ataca la autoestima y las ganas de vivir. El entorno es tu enemigo. Todo ello, apoyado por la excelente dirección de Sheridan y la labor de unos actores en estado de gracia que hacen de cada gesto una expresión y un símbolo artístico. Después de unos muy estimables inicios en su Irlanda natal (En el nombre del padre, mi Pie izquierdo, El prado o El boxeador) Sheridan, al contrario que su paisano Neil Jordan, ha sabido buscarse historias interesantes a las que dar un toque personal. ‘En America’ y ‘Brothers’ son buena muestra de ello

Para finalizar el periplo, el maestro Eastwood firmó ‘Cartas de Iwo Jima’. Obra maestra que planteaba narrar la batalla de Iwo Jima desde el lado japonés (del lado americano ya lo había hecho con ‘Banderas de nuestros padres’ con menor fortuna). En ella, el director narra la actitud de unos soldados que saben que les queda poco tiempo. Que de allí, o salen muertos, o presos (y por la cultura japonesa, antes se mataban que llegar a esto). Estaba el familiar, el joven que se había alistado buscando sensaciones, el veterano de guerra, el que no sabia que hacia ahí,… Todos ante el deber que les dicta su condición militar y con el pesar que les da su condición humana ante lo que se les avecina

‘Apocalipsis Now ‘ fue un fracaso en su tiempo. Rodaje problemático, infarto del director, guerra en Filipinas, presupuesto por las nubes y eso no ayudó en su posterior estreno. Se vendía, no como una película de guerra, sino como la guerra misma y asi la sientes.

Inspirada en ‘El corazón de las tinieblas’ de Joseph Conrad (novela que se desarrolla en África y del que Coppola cogió la esencia y que demuestra lo vano de comparar libro con su película) narra como un grupo de soldados con el objetivo de encontrar un antiguo militar americano que, ante el horror que veía, enloquece, deserta y se adentra en la selva y se pone al mando de un grupo de nativos para luchar contra aquello de lo que huía. En su peregrinar, se encuentran con Willard, el ‘zumbado’ y a la vez genial Robert Duvall que esta enamorado del olor a NAPALM por las mañanas y que ve en Vietnam una buena oportunidad de practicar Surf. En la misma playa, se puede ver al mismo Coppola haciendo de reportero de una cadena americana. Ese prologo no es otra cosa que una muestra de la imagen que se vende de un hecho que se desconoce. Para engañar, para lavar imagen, para lo que sea. Es cuando se adentran en el río cuando la claustrofobia se adueña del grupo y sienten de verdad donde se han metido realmente.

En su camino esta la familia francesa que ha perdido lo que tenia, el espectáculo de Play boy para mantener alta la moral de las tropas que no es otra cosa que una repetición del contraste del que venimos hablando. Todo ello, adornado con una fabulosa fotografía de Vittorio Storaro y al compás de las Walkirias de Wagner y el ‘this is the end’ de los Doors.

Con un guión medido, la tensión se va adueñando de todo según se acerca la barca a su fin. Los nativos con la cara de ceniza, el personaje encarnado por Dennis Hopper que ve a Kurtz como un héroe y el esperado encuentro con aquel. Criticado por la prensa por su supuesta dejadez, la aparición de Brando – Kurtz para el que no lo sepa- es de las mas recordadas de la historia del cine. Que fácil es criticar cuando no se sabe de lo que se habla y Brando, era el más grande. A él se le permitía todo (motivos daba). Su imagen con el cráneo rapado y con alzas engrandecía el carisma de líder de su personaje . Pocas veces tan poco tiempo en pantalla ha sido tan bien aprovechado.

Esos últimos minutos, con el duelo Brando- Sheen no es otra cosa que la lucha de dos mundos. Del supuestamente civilizado y del salvaje. Un conflicto de egos que confronta la realidad con lo que se vende. Con vivir en el engaño o plantearse si a uno le valen esos esquemas. Unas imágenes impactantes, filmadas de forma precisa y preciosa que hacen añorar a ese genio que es Coppola y más demostraciones de su arte.

No es una película de guerra en si, es un atlas de la condición humana

Lo mismo se puede hablar de las otras comentadas :Brothers, Senderos de Gloria y Cartas de Iwo Jima. Historias que se adentran en la relación de los personajes, en su mundo, en la vida mismas. Historias menos comerciales pero que te identifican con ellas y que te hacen sentirlas como si las vivieras

1 comentario:

  1. José Alfonso,

    Desde mi punto de vista has realizado la mejor crítica de tu blog así que no puedo más que felicitarte sinceramente. Genial el recorrido por otras películas muy relevantes del género; no es mi favorito pero depende de la obra en sí. Las de Eastwood que mencionas me encantaron y 'Salvar al soldado Ryan' a mí sí me parece impresionante, en especial, el desembarco de Normandía (a 75 imágenes por segundo). 'Platoon' y 'La delgada línea roja' son otros dos exponentes creativos, a mi entender, del máximo nivel.

    Me llaman la atención varias cosas que desconocía, como que 'Apocalipsis Now' fue un fracaso en su tiempo (como Blade Runner), lo cual plantea si estamos realmente preparados para asimilar en tiempo real las obras maestras sin perspectiva. Tampoco sabía que la peli se basaba en un relato de Joseph Conrad, escritor inquietante y sombrio donde los haya.

    Buenísima la lectura que haces del duelo entre Sheen y Brando, entre dos mundos y todo tu texto en general. Robert Duval siempre da verosimilitud a todo lo que hace.
    De nuevo, enhorabuena por tu crítica. Espero la siguiente.

    Un abrazo.

    Ramón Galí

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