Oh capitán, mi capitán! Es la mejor despedida que se le
puede hacer a este magnífico actor. Recordar esa frase que John Keating enseña
a sus alumnos como señal de respeto y con la que le homenajean al despedirse en
la estupenda ‘El Club de los poetas muertos’.
Dicen que un posible suicidio ha sido lo que ha acabado con
la vida del actor. ¿Quién sabe? Quizá se tropezó al probarse los tacones que
tanto le torturaron en ‘Mrs Doubtfire’ o le atraparon los fantasmas que le
perseguían en ‘El rey pescador’. Se dice igualmente que temía recaer en pasadas
adicciones que abandonó una vez vio caer a su amigo James Belushi, muchos años
ha.
Cantera de productos televisivos americanos como el Saturday
Night Live, enseguida destacó por su naturalidad y una capacidad de
improvisación que le llevarían pronto al cine a interpretar a Popeye, de Robert
Altman. El fracaso de la cinta hizo que hasta seis años más tarde no volviera a
aparecer en una cinta de entidad como ‘Good Morning Vietnam’, donde hacía de
locutor encargado de amenizar las tropas
en el conflicto asiático.
No era un comediante, era un actor. Dotaba a sus personajes
de ese toque desenfadado, propio parece
de su carácter. Así, en ‘El club de los poetas muertos’, animaba a un
grupo de alumnos a sacar lo mejor de sí más allá de etiquetas y pautas sobre cómo
ha de orientar su vida un joven. Desde su estrado de profesor les animaba a
sacar lo mejor que llevaran dentro dejando de lado el ‘qué dirán’.
Despertares y El rey pescador fueron sus siguientes películas.
En ellas demostraba que un rostro simpático y una maquina de improvisar también
podía hacer drama, y muy bien. No se escapaba él tampoco de su cartel de
comediante pues pensaba que era la filosofía ideal de vida. Como muestra, el
botón de la visita a su amigo Christopher Reeve, a quién visitó tras su
accidente disfrazado de médico con la intención de hacerle una colonoscopia.
Más tarde llegaría el oscar con ‘el indomable Will Hunting’,
donde hacía un papel que casi se podía catalogar de continuación de aquel de la
película de Weir. Llegó hacer de asesino, o sospechoso, en películas como
Insomnia, del gran Nolan y donde se 'comía' a una peso pesado como Pacino , 'La memoria de los muertos' o ‘Retratos de una
obsesión’.
Prevalecen en su filmografía papeles casi biográficos.
Comedias en las que su papel era el de su vida, alguien cuyo objetivo era hacer
feliz al que le rodeaba o bien historias con tramas y personajes increíbles que
llevaban a actuar sobre la marcha.
Descanse en paz capitán.