lunes, 15 de marzo de 2010

Holmes como alter ego de Downey Jr.

Al igual que pasó en su tiempo con el ‘Drácula de Bram Stoker’ del maestro Coppola, donde hubo mas de una decepción pues la gente se esperaba mas terror que amor (cuando la novela se incluía dentro del genero romántico –gótico eso si), ha resultado chocante la visión que Guy Ritchie ha dado del personaje. Si nos atenemos a las primeras historias del personaje, Holmes era un tipo excéntrico, aficionado al boxeo y…un poco colocado. Justo lo que muestra el director. Para ello cuenta con al inestimable colaboración de Robert Downey Jr., que conoce bien cada uno de los estados antes mencionados, lo que unido a sus dotes como actor, dan como resultado un trabajo brillante.


Perfectamente ambientada en la segunda mitad del siglo 19, en plena construcción del Tower Bridge, la película parece servir como vehiculo de presentación de unos personajes que harán de vehiculo de futuras historias, que no secuelas. En esta, el malo es secundario, el McGuffin son Holmes y Watson- un Jude Law muy atinado que deshace cualquier prejuicio que pudiera haber a su elección para el personaje –chocaba con la imagen de otros Watson celebres como J.Mason y N.Bruce. La película, con aire de aventura, habla de la relación entre ellos. De dos amigos que se necesitan y a la vez complementan –alguno ha querido ver connotaciones homosexuales y la verdad, no se donde. Sobra alguna cámara lenta y algún detalle mas sobre el papel de Holmes en la sociedad de la época(de acuerdo a la novela). Quizá se podía haber remarcado mas también el papel de alguno de los personajes secundarios como el de Lestrad y el de Irene Adler. La película en definitiva, se deja ver como un buen entretenimiento sin pretensiones

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